jueves, 4 de diciembre de 2008

PARA QUE NO NOS ATORMENTE

Hay un grito suspendido
en las esquinas de mis sueños

Una agonía constante
deslizándose sobre las fachadas grises
de estas calles soleadas

Una protesta muda
abordando en los andenes
sin misericordia

Un atar de manos
y el eco de unos pies
huyendo de esta muerte

Hay un dolor envolviendo las luces del semáforo

enredándose en los cables de la luz

atrapado en las farolas

aspirando a ser nube vaporosa,
ráfaga de aire en fuga hacia la nada,
aliento evaporado en el asfalto

para que ya no pese tanto

para que no nos atormente
y nos confine en las guaridas

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