I
Es demasiado pronto
para confesarme perdida en el brillo de tus ojos,
ansiosa de la fuerza de tus brazos
apretando mi cintura,
sedienta de tu aliento,
mujer vencida
en una interminable cadena de palabras
Puede parecer cursi
que los nervios me traicionen
cuando camino,
lentamente,
hacia la cita,
y te imagino de pie
bajo los mismos árboles,
esperando mis pasos silenciosos
De repente es un beso el que me encuentra
antes que el sonido de tu voz,
extraviándose
en el ruido implacable
de la calle que, sonriendo,
nos contempla
Es una ardua tarea
ocultar tanta ansiedad detrás de cada risa,
controlar mis sentidos
que se fugan en busca de tu tacto,
acallar la imprudencia de mi boca,
Complicado el esfuerzo
por no delatar las emociones que provocas,
aunque las manos se humedecen con tu voz
al otro lado del teléfono
y en las noches
el sueño me abandona,
dejándome indefensa ante el pensamiento que,
incansable,
repite tu nombre
y evoca la brevedad de nuestra historia.
miércoles, 11 de marzo de 2009
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2 comentarios:
Cortas o largas las historias suelen ser extrañas, jim lo bueno que nos queda de ellas es que le pusimos todo el sientimiento
lo mas gracioso es que por mas que intentamos esconder lo que sentimos es nuestro comportamiento el que delata nuestros semtimientos ocultos y nos deja entonces al descubierto con una sola mirada...
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