No estoy
No existo en este instante
en cualquier parte,
apenas soy el reflejo
de mis ojos en una taza de café
y una partícula de humo que se desata
entre mis manos
No habito
este espacio
demarcado por objetos en desorden,
los libros apilados en la mesa,
un collar de cuentas grises,
papeles caducados,
la cajetilla abandonada
Posiblemente
en este momento indeterminado
en que me pierdo,
camino lentamente por unas calles nuevas,
con un vestido oscuro
que abriga mis tobillos
y las preguntas agolpándose en la boca
Acaso
esa mujer que se debate
entre las sombras
de lo que existe
y lo que se oculta tras las frágiles membranas
de las cosas,
es la misma que recoge los recuerdos
y los ensarta,
uno a uno,
en un cordel extenso y fino
cuyo extremo no se alcanza
Tal vez,
ahora que no estoy
y me llamo insistentemente
y no respondo,
deambulo por avenidas carentes de señales,
donde se suceden interminables
las ventanas clausuradas,
recogiendo las sonrisas de mis muertos
Pueda ser
que abra la boca
en una esquina
y lance al viento frío
el nombre del amado
Pueda ser que alcance a ver
mi silueta cruzando
bajo el silencio de los árboles
en busca del calor
que me ha sido arrebatado
Pueda ser
que al fin me encuentre
en el hipotético ejercicio
de la ausencia
domingo, 28 de diciembre de 2008
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2 comentarios:
Puede ser que alcance a ver mi silueta cruzando en tus pensamientos y entonces arrebates mi cuerpo de las fauces de la soledad...
María, se que escribes muy bien pero esta vez me he leído doble vez este texto.
Hermosa, escribes de tal modo que uno quiere leer este texto abrazado
Oscar Vargas Duarte
Atravez de la ausencia muchas veces encotramos eso que deseamos,queremos o simplemente pensamos hallar.
Son tus versos espejos para las almas...
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